Reforma Energética: Mucha explotación, poca sostenibilidad ambiental

La Reforma Energética contradice muchas de las iniciativas, pactos y compromisos que México ha asumido para revertir los efectos del cambio climático

patricia zavalaPatricia Zavala jimÉnez

La política también es de números y, en las cámaras de Diputados y Senadores, una vez más la cantidad de votos se impuso a la calidad de argumentos en torno a la aprobación de dictámenes y leyes secundarias de la Reforma Energética, que transformarán las prácticas de protección al medio ambiente, la extracción de hidrocarburos, los usos de suelo y la participación de extranjeros en empresas públicas.

      Para el promedio de la población, que no es experto, puede resultar complicado entender el debate sobre la Reforma Energética. Sin embargo, es necesario analizar cómo afectará al medio ambiente para comprender por qué razón tantas voces están en contra de su aprobación.

      Revisemos los siguientes puntos:

 

      1.La riqueza natural de México:

Nuestro país con su gran extensión territorial, sus mares, ríos, golfos, lagos, islas, sierras y montañas es el quinto país con más biodiversidad en el mundo, cerca del 10 por ciento de la flora y fauna del planeta se distribuye en los ecosistemas del territorio nacional, muchas de ellas son endémicas (sólo existen en México y no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra). Además, más de dos mil 600 plantas y animales silvestres tienen alguna categoría de riesgo de extinción. De este patrimonio natural obtenemos alimento, medicinas, identidad cultural, turismo y calidad de vida; pero conservarlo implica grandes retos y demanda acciones urgentes al gobierno y los ciudadanos.

 

      2.Los compromisos verdes:

En las cumbres y tratados internacionales sobre medio ambiente, México siempre levanta la mano, participa activamente, firma acuerdos y se compromete a proteger su naturaleza, por ejemplo:

      a)Para 2020, ninguna especie en nuestro país se extinguirá por causas o acciones humanas (Metas Aichi).

      b)Se incrementará para 2020 la superficie natural protegida de 20.5 millones a 34 millones de hectáreas en tierra y de 4.5 millones a 31 millones de hectáreas marinas (Convenio sobre Diversidad Biológica).

      c)Aumentará la reforestación de bosques y en 2020 disminuirá en 30% la cantidad de emisiones de gases que causan efecto invernadero para combatir el cambio climático (Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático).

 

      3.La explotación de la naturaleza frente a la sostenibilidad ambiental:

 

      La sostenibilidad ambiental consiste en garantizar que la riqueza natural permanecerá en calidad y cantidades similares a las actuales, para que las siguientes generaciones de ciudadanos también puedan disfrutar de sus beneficios tal y como lo hacemos nosotros. Además, lograr la sostenibilidad del desarrollo ha sido uno de los compromisos asumidos. La explotación intensiva de la naturaleza como motor principal del desarrollo económico no es un indicador de sostenibilidad. Mientras se siga viendo a la naturaleza sólo como recurso inagotable, nos espera un futuro poco alentador.

      Las reformas legales en materia energética aprobadas en julio pasado están encaminadas a explotar al máximo posible los recursos naturales para extraer más petróleo (de 2,5 millones a 3,5 millones barriles diarios) y gas natural. Pero con el incremento de la extracción de hidrocarburos también aumentan los riesgos ambientales, la degradación de ecosistemas, la contaminación, cambios en el suelo y los fenómenos que causan cambio climático. En este sentido, organizaciones no gubernamentales como Greenpeace y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental han alertado sobre los impactos ecológicos negativos que vendrán, y han criticado el poco interés por apostar a las energías renovables y aprovechar el potencial solar y eólico.

 

      ¿Qué se aprobó?

 

      Pemex y la CFE serán competidores frente a nuevas empresas, habrá inversión y ganancias económicas para extranjeros por extraer hidrocarburos, vender gas, gasolina y electricidad; cambios en las regulaciones ambientales; se permitirán prácticas de extracción como el “fracking” o fractura hidráulica, prohibida en varios países de Europa; ocupación temporar (y forzosa) de terrenos, entre otras regulaciones cuestionadas.

      Países como Dinamarca y Noruega, que poseen petróleo, le han demostrado al mundo que se puede tener crecimiento económico apostándole a las fuentes renovables y libres de carbono. Si bien, una mayor extracción y venta de combustibles fósiles podrá generar mayores ingresos económicos, también implica graves impactos ambientales.

      La Reforma Energética contradice muchas de las iniciativas, pactos y compromisos que México ha asumido para revertir los efectos del cambio climático, incrementar la reforestación, la protección de especies en peligro de extinción y ecosistemas prioritarios. Y sigue faltando potencializar el uso de energías limpias para garantizar que el desarrollo de México sea sostenible.