Opinión
Medidas antimigratorias de Trump: ¿amenazas, xenofobia o proceso electoral?

Mtra. Vania Ávila García

Mtra. Vania Ávila García

Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos se han pretendido llevar a cabo cinco acciones ejecutivas unilaterales antimigratorias, especialmente dirigidas contra México, todas con consecuencias negativas en términos políticos, económicos y sociales. Estas acciones han sido:

  1. Política de tolerancia cero. Considera delincuente a todo migrante que cruza la frontera de Estados Unidos sin documentos migratorios. Como consecuencia, 11 mil niños migrantes han sido separados de sus padres y se ha perdido el rastro de mil 500 menores.
  2. Intención de suspender el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Dos órdenes ejecutivas y tres reformas legislativas han pretendido suspender el DACA. El programa sigue vigente, el cual ha permitido que 800 mil inmigrantes hayan accedido a un estatus migratorio de estancia temporal, siendo el 80 por ciento mexicanos. No obstante, el riesgo de su terminación está latente.
  3. Tercer País Seguro de facto. Política migratoria de detección, detención y deportación de migrantes y refugiados, en la que México actúa como filtro y centro migratorio de solicitantes de asilo hacia los Estados Unidos. Si bien México no ha firmado el acuerdo, alrededor de 2 mil migrantes diarios son devueltos al país, sin ningún apoyo económico o humanitario por parte de los Estados Unidos.
  4. Emergencia nacional por crisis fronteriza. Trump sostiene que existe una crisis de inmigración ilegal y de entrada de drogas en la frontera sur de su país. El trasfondo de esta acción ha sido la obtención de recursos económicos suficientes para la construcción del muro fronterizo, sin la aprobación del Congreso y con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
  5. Cierre de la frontera Estados Unidos-México. Ante el anuncio de una magna caravana que se aproxima a cruzar la frontera de los Estados Unidos, de la cual Trump ha afirmado tener identificada una gran proporción de delincuentes que los acompañan, ha anunciado (aunque ya lo ha pospuesto ante la presión empresarial), para dentro de un año, el cierre total de la frontera y la autorización del uso de la fuerza letal contra los migrantes que intenten ingresar a su país. De materializarse dicha amenaza provocaría una debacle económica para México, pero también para los Estados Unidos. México es el primer destino de las exportaciones de estados como California, Arizona y Texas, y el segundo mercado para otros 20 estados estadounidenses. El flujo comercial es tal que, de 58 cruces fronterizos, tan sólo en Nuevo Laredo se generan 230 mil millones de dólares (mmdd) al año, cifra muy superior al comercio anual entre Francia y Alemania, dos potencias mundiales, que apenas alcanzan los 180 mmdd.

Las amenazas antimigratorias de Trump no sólo se tornan xenófobas por su perfil psicológico que ya de por sí lo describe como un mandatario narcisista, megalómano, manipulador, racista, autoritario, misógino, intolerante, fanático y carente de empatía, sino que esas intimidaciones hoy en día se enmarcan también en un contexto electoral, en razón de que el próximo año habrá elecciones presidenciales en el vecino país del norte, y es interés del magnate cumplir con sus promesas de campaña para asegurar su reelección.

Asimismo, las amenazas trumpianas se enmarcan en la construcción de un escenario lejano pero no descabellado de generar un conflicto armado que pudiera pretextar entre ambos países, en aras de reactivar la industria armamentista de la que dependen los Estados Unidos, y la cual se le ha dificultado activar al no tener éxito con las estrategias geopolíticas para iniciar una intervención militar en Venezuela. México y los países centroamericanos podrían ser su segunda opción en el continente para este fin.