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LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD, ¿Y TÚ, QUE HARÁS LOS PRÓXIMOS 12 AÑOS PARA SALVARTE?

Si queremos combatir el cambio climático y sobrevivir, tenemos que vivir diferente, es decir, consumir menos y mejor. Ahorrar más y para siempre. Comer mejor y sin desperdiciar. Comprar poco y usarlo al máximo. Impactar menos el entorno y en positivo

Este es el último llamado, es la última oportunidad, es quizá la última vez que tendremos en nuestras manos las respuestas, porque después de estos 12 años, la naturaleza reaccionará a las acciones y afectaciones que ha causado la humanidad

SandraguzmanEl 8 de octubre de 2018 el grupo más importante de científicos en materia de cambio climático lanzó un informe que señala que tenemos 12 años para cambiar de manera radical la manera en que actuamos para evitar una catástrofe climática y humanitaria. Aquí mi reflexión al respecto:

LA RESPUESTA CIENTÍFICA

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) realizó un estudio, a petición de los países que son parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, para estudiar los impactos del cambio climático y, en particular, para saber cuáles serían los impactos sí la temperatura aumentara 1.5 °C en comparación con un incremento de 2 °C. Todo ello, en el marco de la firma del Acuerdo de París, el instrumento más recientemente ratificado por más de 180 países del mundo.

El Panel nos ha informado por más de 20 años sobre el avance del calentamiento global a causa de diversas actividades, como: la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), así como por la deforestación y otras actividades humanas. Este grupo de expertos reafirmó en dicho informe que provocamos un aumento en la temperatura planetaria de 1 °C, lo que ya ha generado impactos: el incremento de sequías, intensos huracanes, derretimiento de glaciares, el aumento del nivel del mar, entre otros fenómenos que ya han originado costos económicos y sociales.

Lo grave de este informe no es sólo el reconocimiento de que los seres humanos hemos causado este trastorno, sino lo que nos dice: que las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del problema, aumentarán de manera exponencial en los próximos años, y que con ello estaríamos aumentando en promedio 2 °C anuales, e incluso, que podríamos llegar a 1.5 °C para 2030. No obstante ello para evitar un aumento de 1.5 °C tendríamos que reducir 45 por ciento de dichas emisiones en 2030. Pero si la reducción de emisiones fuera sólo del 20 por ciento para este año, el aumento de temperatura sería de 2 °C.

¿Qué significa que aumente 2 °C, en comparación con 1.5 °C? Si aumentara 1.5 °C las posibilidades de que el océano Ártico quede sin hielo durante el verano puede ser una vez cada 100 años, pero si el aumento es de 2 °C el Ártico se quedaría sin hielo cada diez años. En el caso de los corales marinos en el escenario de 1.5 °C se podrían perder entre 70 y 90 por ciento, mientras que en un escenario de 2 °C se perdería el 99 por ciento, repito el 99 por ciento.

En otras palabras, la actividad humana está generando un impacto en el sistema climático que podría ser irreversible para ecosistemas y cientos de especies, como la humana.

No encuentro las palabras correctas para alertar sobre este fenómeno, es quizá demasiado complejo para explicar y, quizá para entender. Pero lo trataré de explicar de esta manera.

Hoy en día somos capaces de alimentarnos, de vestir, de vivir en espacios adecuados y de movernos más o menos de una manera cómoda. Con un aumento de la temperatura planetaria de 2 °C, mucho de lo que hoy gozamos o tal vez todo lo que actualmente podemos disfrutar se vería afectado. La producción de alimentos resultaría desquiciada por las sequías; el calentamiento de la atmósfera haría inhabitables algunos espacios, lo que llevaría a la migración de cientos de personas de una ciudad a otra y de un país a otro.

Es posible que todas y todos vivamos en estado de escasez. Actualmente, la Ciudad de México, como la ciudad de Cape Town en Sudáfrica, comienzan a vivir su día 0, por el tema de acceso al agua, es decir, pocos saben que hace años la capital del país se quedó sin agua, y ahora hay que traerla del río Cutzamala, a través de una infraestructura compleja que además cuesta muchos recursos.

También veremos más episodios como los suscitados a causa, por ejemplo, de los huracanes Mitchel o Patricia. Puedo decirles que la vida como la conocemos no la volveríamos a vivir.

LA RESPUESTA POLÍTICA

Para desgracia de la población y del mundo entero, la política ha estado ligada a aspectos como la religión, la economía, las drogas, pero pocas veces con la ciencia. Lo que nos ha dicho el Panel es por mucho una de las mayores tragedias.

Sin embargo, a nivel político tenemos a presidentes como Donald Trump que se ha negado a aceptar que el calentamiento global es producto de actividades petroleras, porque es un país con grandes intereses económicos derivados del petróleo, y ahora del gas. Tenemos a potenciales gobernantes como Bolsonaro en Brasil, que no sólo amenaza con salirse de los acuerdos globales en materia de cambio climático, tal como amenazó Trump en su momento, sino que también ha señalado el interés de “aprovechar” los recursos que se encuentran en la Amazonia brasileña, aunque eso signifique “sacar” a las comunidades indígenas que han protegido a este territorio, pulmón del mundo.

México no se queda atrás, pese a que Andrés Manuel López Obrador hizo en su campaña electoral importantes propuestas en materia de energía renovable y movilidad sustentable, se ha posicionado como un claro partidario de seguir “aprovechando” los recursos fósiles, al grado de querer construir al menos una refinería nueva que aumentaría la producción de gasolina y diesel para el transporte. Sin mencionar que ha apoyado el desarrollo de proyectos como el Tren Maya, que ha sido calificado como el ecocidio más importante de su sexenio, aún sin haber tomado posesión.

Colombia es otro país que apuntala, de manera compleja y quizá contradictoria, la protección del ambiente con un buen ministro de Ambiente, frente al deseo de seguir haciendo uso y promoción de actividades extractivas con altos impactos ambientales y sociales.

En fin, la respuesta política en muchos países tiende a hacer compleja una eventual respuesta rápida. No todo está perdido, y algunos países como Costa Rica han lanzado un importante llamado a la descarbonización de las economías, que si bien parece no tener eco es sin lugar a dudas la alternativa que nos hará libres y nos llevará a la supervivencia.

Pero desde hace dos semanas y ante este escenario, yo me pregunto: ¿qué estás dispuesto a hacer tú?, ¿qué harías si te dijeran que tienes 12 años de vida?, ¿cómo los vivirías?

LA RESPUESTA HUMANA

Creo firmemente que uno de los aspectos que explican la apatía de la población es que nos hemos distanciado de nuestra condición humana, o que tenemos arraigada la percepción de que somos el centro del universo y que todo debería existir para satisfacernos.

Bueno, la realidad es que somos seres vivientes, como plantas y animales; que somos tan vulnerables como el oso polar, los pingüinos, la vaquita marina y otras especies que hoy están amenazadas, algunas en peligro de extinción.

La realidad es que no importa en qué ciudad vivamos o en qué rincón del mundo estemos, seremos testigos de lo que el cambio climático traerá para nosotros, tarde o temprano.

Sin embargo, hay oportunidad de cambiar la trayectoria hacia el desastre, pero tal y como lo señala el Panel, la respuesta que se requiere no tiene precedentes, es decir, tenemos que hacer cosas que nunca antes hemos hecho.
Opciones a escala global hay muchas, como transformar la matriz energética y dejar de depender de los combustibles fósiles para transitar hacia energías renovables a fin de aprovechar el sol y el viento. Tenemos que transformar el sistema productivo en todos los sectores: agricultura, transporte, industria, etcétera. Pero sobre todo, y aquí es en donde quiero llamar su atención: tenemos que transformar nuestra forma de pensar.

¿Sabes qué ha acelerado las emisiones en el mundo? El consumo, el consumo irracional y acelerado, respuesta de un incremento poblacional, pero sobre todo del aumento del poder adquisitivo de poblaciones que trabajan para consumir, en esta idea de “abundancia”. Bueno, pues el reto y el llamado está en repensar la idea que tenemos de bienestar.

Si queremos combatir el cambio climático y sobrevivir, tenemos que vivir diferente, es decir, consumir menos y mejor. Ahorrar más y para siempre. Comer mejor y sin desperdiciar. Comprar poco y usarlo al máximo. Impactar menos el entorno y en positivo.

Este es el último llamado, es la última oportunidad, es quizá la última vez que tendremos en nuestras manos las respuestas, porque después de estos 12 años, la naturaleza reaccionará a las acciones y afectaciones que ha causado la humanidad. No olviden jamás que el planeta tiene las ventajas de la regeneración, especies han ido y venido, pero las preguntas que debemos hacernos son: ¿queremos que la especie humana perdure?, ¿queremos que nuestros hijos, tengan hijos y nietos?, ¿queremos que esos bisnietos tengan acceso al agua, aire limpio y comida? Entonces, ¿qué harás tú en los próximos 12 años para salvarte y para salvar a los tuyos?

En la segunda infografía que ilustra este texto vienen tips de lo que puedes hacer en lo individual, pero no olvides que para que tu acción tenga impacto debes motivar los cambios colectivos…comienza por ti motiva a tus círculos. Es la última oportunidad.