LA BASURA EN CDMX

Tania Rosas

Tannia Rosas
@valeryvegarosas

Acompañado de una intensa campaña en diversos medios, que incluía la entrega de trípticos y postales con información, el gobierno de la Ciudad de México eligió el 8 de julio para iniciar el programa de separación de residuos en nuestra gran urbe.
En realidad, esta “nueva” norma para la separación de la basura no es reciente, existe desde hace varios años; sin embargo, hasta ahora la hacen “obligatoria”, aunque no incluye sanciones. El programa divide la separación de los residuos en cuatro grupos: basura orgánica, inorgánicos reciclables, inorgánicos no reciclables y residuos especiales.

Lo que al parecer se le olvidó al gobierno de la Ciudad de México y
a las autoridades en materia ambiental fue capacitar y proveer
de infraestructura a los servicios recolectores. En algunas colonias,
 los encargados de esa tarea informaron a la ciudadanía: “mejor nosotros les avisamos cuándo, porque el camión no trae separaciones y todavía no nos confirman”. Lo comprobé en la colonia en la que vivo.

Basados en lo anterior, cuestionamos: ¿Por qué una norma que existe desde hace años se convierte ahora en “obligatoria” y cojea de la misma falla que la anterior, que es la falta de infraestructura para cumplirse a cabalidad? Sí, lamentablemente, la experiencia nos indica que al no haber sanciones económicas es difícil que se cumpla la norma, ¿Por qué entonces no las prevén? ¿Cuál es el motivo por el que la autoridad responsable no confirmó a los equipos de limpia que debían solicitar la basura separada desde el 8 de julio?.

Según datos del INEGI, cada habitante de la Ciudad de México genera 1.8 kilogramos de basura, que suman en total 16 mil 400 toneladas diarias, lo que equivale a más de cinco millones 500 mil toneladas anuales.

El problema de la basura en la capital, y en general en el resto del país, se agrava aunque las autoridades no lo reconozcan y la ciudadanía no se haga responsable de lo que a ella corresponde. Según la organización Greenpeace, el problema en México es que “la gestión de los residuos se ha centrado en un único aspecto: su eliminación a través de tiraderos, rellenos sanitarios e incineradores, escondiendo el problema sin resolverlo, generando graves impactos ambientales y daños en la salud de las personas, además de impactos paisajísticos. Una vez depositados en los rellenos, los residuos se descomponen, lo que conduce a la emisión de miles de compuestos químicos; el proceso de acidificación resultante
de la degradación biológica provoca la
migración de las sustancias pe
ligrosas. Estos métodos de disposición de la basura ocasionan contaminación ambiental en aire, suelos y agua”.

No se demerita el gran paso que implica hacer obligatoria la norma. Podría ser un primer progreso para llevar a la CDMX, y si es posible en algún momento a todo el país, a la lista de los lugares con mejor gestión de residuos. Sin embargo, falta mucho para lograrlo, y no es con las fallas mencionadas que se podrá llevar a nuestro ex DF a los niveles de ciudades con excelencia en el manejo y aprovechamiento de desechos, como Bo (Sierra Leona), Bogotá (Colombia), Daca (Bangladés), Malmö (Suecia) o Milán (Italia).

En octubre del 2016 se dio a conocer el Programa de Gestión Integral de los Residuos Sólidos 2016-2020, cuya principal función es reducir y tratar la basura que se produce en la CDMX. Se publicó en la Gaceta Oficial y definía que, si bien en la actualidad los residuos se tratan mediante compostaje, se busca aplicar un tratamiento de biodigestión anaeróbica que ha dado resultados en otros países.

Para dar solución al problema de la basura, dicho programa considera cinco puntos esenciales:

  1. Una planta de composta con capacidad de mil toneladas por día.
  2. Recuperación de tres mil 300 toneladas de residuos orgánicos con potencial de reciclaje.
  3. Biodigestión de dos mil 500 toneladas al día de residuos biodegradables que pueden ser aprovechados.
  4. Valorización energética de cuatro mil 100 toneladas de residuos orgánicos.
  5. Creación de procesos de transformación de residuos.

Al día de hoy, no se sabe si este programa ha funcionado. No hay un reporte de resultados y se asume que sería hasta el 2020 cuando se presente, o tal vez para entonces se nos olvide solicitarlo.

Las dificultades para llegar a tener una gestión y aprovechamiento de residuos aceptable en la CDMX son muchas y se centran también en problemas que arrastramos de antaño, como en otras materias.

Es deplorable que la política medioambiental de la Ciudad de México esté a la deriva, entre corrupción, mafias, sindicato, falta de infraestructura, nula capacitación del personal, líderes o reyes de la basura. Incluso (¿por qué no?) habría que pensar en los salarios de miseria que reciben los empleados del servicio de limpia como uno más de los obstáculos a vencer.

En resumen y en irónica metáfora, la CDMX anda entre la basura en muchos temas. Por eso la gestión de residuos debe ser materia de atención, de preocupación y de pronta solución para este gobierno y los que vienen, por salud política, mental y física. Y la solución debe ser de fondo, no sólo de forma.