Un cálido viaje a la ciudad molar

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ciudadano Baja California

Los Algodones es el poblado ubicado más al norte de México, exactamente en una zona semidesértica al noroeste de Baja California, que hace frontera con Arizona y California.

Oficialmente, esta delegación pertenece al municipio de Mexicali y es nombrada como Vicente Guerrero, sin embargo cuenta la historia que su reconocimiento local se debe a la gran cantidad de cultivos de algodón que hacían reverdecer al

Valle de Mexicali en sus inicios.

A principios del siglo XX el poblado logró un alto auge como entrada de Estados Unidos hacia México por tener varias ciudades aledañas, lo que generó una garita que continúa activa hasta la fecha.

Con aproximadamente seis mil habitantes, Los Algodones recibe un considerable turismo médico proveniente de Estados Unidos y Canadá, por lo que se le reconoce como la capital mundial dental o “ciudad molar”, con un mínimo de 500 cirujanos dentistas y con más de 300 clínicas dentales ubicadas en sus calles principales.

En la temporada decembrina arriban a la ciudad turistas que, además de atender su salud, aprovechan su tiempo recorriendo las pintorescas calles de Los Algodones y  consumen productos de la localidad o disfrutan de la deliciosa gastronomía mexicana.

Los “pájaros de la nieve” es una expresión que se refiere a los turistas (en su mayoría de la tercera edad y con pieles “blancas como la nieve”), que viajan hacia el sur huyendo del frío para descansar y atender sus problemas de salud.
Un dato curioso en la historia de Los Algodones es la denominación como “la ciudad con mayor número de dentistas por metro cuadrado”, formalmente hecha por la Asociación de Récord Guinness en el año 2012.

Los “pájaros de la nieve” cruzan a territorio mexicano principalmente en busca de un servicio médico de calidad y con menor precio, debido a que en Estados Unidos un trabajo dental puede tener un costo de miles de dólares. Los turistas expresan que los costos de cirugías, trabajos y consultas dentales son entre 70% y 75% más económicos.

Pasear y comprar es un pasatiempo para los visitantes, porque el mercado incluye adornos de madera o vidrio, jarrones, sombreros, bisutería, joyas con extensa diversidad de metales, así como demás productos de calidad elaborados con manos mexicanas.

Al recorrer calles y callejones resalta a la vista que en su mayoría los comercios presumen sus precios en dólares, al mismo tiempo que la presencia del turismo frecuentemente rebasa a los residentes locales.

xºDurante la década de los años sesenta, muchos jubilados del norte de Canadá y Estados Unidos viajaban a las fronteras de nuestro país en búsqueda de un clima cálido, y de esta forma sutilmente comenzaron los pininos de la “ciudad molar”, disparando la demanda de servicios médicos. Actualmente más del 90% de los consumidores provienen de esos países.

En 2014 los cruces fronterizos presentaron un incremento valioso, incluyendo la afluencia de visitantes que entran por tierras bajacalifornianas.

El principal atractivo de este poblado deja ganancias de varios millones en nuestra cálida región. La derrama económica se realiza en temporada invernal (diciembre-marzo) y se clausura con una feria para los visitantes donde se degustan bebidas y alimentos artesanales acompañados con demostraciones culturares.

Con la aportación del turismo médico en Baja California, se detonan los excelentes beneficios que puede brindar un país vecino, además de enaltecer el nombre de México; así mismo, es importante resaltar que la contribución de nuestras autoridades debe reflejarse en un mayor destino turístico, promoción y mejoramiento de imagen en la comunidad.

En la popular ciudad molar se acentúa y expone la nobleza que tenemos los mexicanos para recibir y brindar la debida atención al turismo global que cruza los rigurosos muros fronterizos en auxilio de su salud.