¿POR QUÉ MIRELES?

Armando Lopéz Campa

Armando Lopéz Campa

El pasado 27 de junio se cumplieron dos años de la aprehensión del doctor José Manuel Mireles Valverde, fundador y ex líder de las autodefensas en Michoacán, quien se encuentra recluido en la prisión federal de Hermosillo, Sonora y las autoridades aún se resisten a su excarcelación.

Tras haber denunciado públicamente la colusión entre el crimen organizado y el gobierno de Michoacán, encabezado entonces por Fausto Vallejo Figueroa, fue enviado a prisión. La causa principal de su encarcelamiento se atribuye a su negativa a sumarse a la fuerza rural, cuerpo policiaco que integró el ex Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes.

El mismo 27 de junio, un tribunal unitario de Guadalajara, Jalisco, en auxilio de autoridades judiciales federales de Michoacán confirmó la negativa de decretar el sobreseimiento de la causa penal que lo mantiene en prisión.
El gobierno federal no ha permitido que el proceso se agilice para la liberación del líder de las autodefensas, y los motivos de su encierro son de corte político. Desde 2013, el gobierno de la República sabía que se conformaban grupos de autodefensa y no hizo nada para frenarlos, a sabiendas de que no se limitaban a alertar de la presencia de criminales, también los combatían por medio de las armas. No sólo se les toleró, sino que fueron institucionalizados por el propio Castillo Cervantes, mediante la firma de un acuerdo avalado por el gobierno de Michoacán con los dirigentes visibles de las autodefensas a principios de 2014.

En ese acuerdo, el gobierno reconoció a las autodefensas como un ente público, en el cual se aceptaba la posesión y la portación de armas, incluso se les exigió su registro y, por si fuera poco, también se hicieron operativos conjuntos con el Ejército y la Policía Federal, todo ello en un acto carente de legalidad.

De ahí que la acusación que se le finca al doctor Mireles por portación de arma de fuego carezca de sustento, toda vez que tenía el aval, la autorización y el permiso del Estado mexicano. Eso es motivo para no configurar el delito.

por que mireles¿Entonces por qué sigue preso José Manuel Mireles? Recordemos que ante la violencia desatada en varias regiones del país, entre ellas Michoacán y Guerrero, que llevaron a situaciones de absoluta indefensión a la población y de total impunidad del crimen organizado coludido con las autoridades, surgieron voces desde el exterior que acusaron al Estado mexicano de ser un “Estado fallido” (concepto que los politólogos aplican para definir a un Estado que por su ineficiencia y debilidad es incapaz de brindar las garantías mínimas a la población y se caracteriza por sus altos niveles de corrupción y criminalidad).

Esto no gustó al régimen y no tardaron los voceros gubernamentales en desmentir o minimizar esta acusación y señalar que la violencia era incidental y en regiones aisladas de nuestro país.

Mientras el Ejecutivo federal promovía sus llamadas Reformas Estructurales como la solución y salida del rezago en el que se encuentra sumido el país, nuevamente la realidad se encargaba de contradecirlos.

Las autodefensas surgen como una expresión ciudadana espontánea de los pobladores hartos de los asesinatos, vejaciones y despojos de la delincuencia. Organizados, decididos y dispuestos a dejar incluso la vida en los enfrentamientos, no había forma de que el gobierno pudiera contenerlos. Más aún, los necesitaba. Por ello, aceptaron y pactaron con las autodefensas, pero sin olvidar que estos grupos civiles armados pusieron en evidencia la debilidad del régimen y su incapacidad para solucionar los problemas que aquejan a México.

El doctor Mireles personifica el dolor de cabeza en que se convirtieron las autodefensas para el gobierno, pero también representa el espíritu ciudadano y la capacidad de la sociedad para decir basta y poner límites a la ineptitud y los abusos tanto de la delincuencia como de la autoridad.

Por eso no lo liberan y precisamente por lo que representa, es que debemos levantar la voz y exigir su inmediata liberación. Para esta tarea no sobran tribunas.