Hacia un nuevo proyecto de Nación

¿Ha llegado la hora de lograr el cambio, dejar el fracasado modelo neoliberal y darle un nuevo rumbo a México?

Miguel de la Madrid, becario de la Universidad de Harvard donde obtuvo una maestría en políticas públicas (léase neoliberalismo), inició el desmantelamiento del Estado mexicano: en seis años redujo de mil 155 empresas del Estado (1982), a solamente 412 en 1988.

Carlos Salinas de Gortari logró, también en Harvard, dos maestrías: en administración pública y en economía política, así como el doctorado en economía política y gobierno, diez años antes de llegar a la Presidencia de la República. En su gobierno abrió las puertas para que los campesinos vendieran ejidos y tierras comunales al capital nacional y extranjero para, bajo el disfraz de la modernidad, insertar a la agricultura mexicana en la alucinante globalización; desmanteló asimismo instituciones de servicio y crédito, al tiempo que retiró subsidios y precio de garantía al sector agropecuario; no dudó en cobijarse con medidas populistas, cuando millones de campesinos pobres se quedaron fuera del modelo neoliberal y se volvieron disfuncionales; en su último año de gobierno (1994) inscribió a México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos y Canadá: quedó fuera de los beneficios pretendidos el 95% de productores que no reunieron las exigidas condiciones de productividad.

Ernesto Zedillo fue un caso diferente: de origen modesto, participó en 1968 en las protestas estudiantiles contra el presidente Gustavo Díaz Ordaz, pero tres años después corrigió, se afilió al PRI y consiguió una beca del gobierno para estudiar en la Universidad de Yale, donde se doctoró en Ciencias Económicas, 13 años antes de convertirse en Presidente de México. Ya en el poder abrió la comunicación vía satelital al capital privado y desmanteló los Ferrocarriles Nacionales de México; no tuvo tiempo de dar el siguiente paso ofrecido al capital financiero internacional: la privatización de la petroquímica y la industria eléctrica. Antes de dejar la presidencia usó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) y su sucesor, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), para convertir las pérdidas económicas de los bancos privados en deuda pública, cuyos montos estratosféricos se siguen cubriendo con recursos públicos y afectarán a varias generaciones de mexicanos.

Vicente Fox Quezada quitó al PRI el predominio de 71 años en el poder; no culminó la transición democrática, como tampoco fue capaz de hacer diferencia de sus antecesores priistas (2000-2006). Ex director del consorcio Coca Cola, se puso al servicio del capital transnacional, redujo y suprimió en algunos casos el presupuesto entregado a las universidades públicas. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) tenía un presupuesto equivalente al 1% del PIB, pero en seis años Fox lo redujo al 0,33%.

Felipe Calderón siguió los pasos neoliberales de sus antecesores. Durante su gobierno se acentuaron el estancamiento económico, la falta de empleos formales, el deterioro de los salarios reales, la concentración de la riqueza, la exclusión social y, como consecuencia de su muy particular lucha contra el narcotráfico (sacó al ejército de sus cuarteles), la inseguridad pública y la impunidad.

A menos de tres años de que concluya el actual periodo presidencial (2012-2018), el balance que le deja a México el modelo neoliberal es lamentable:

  • De 112 millones de mexicanos que habitan en el país, casi la mitad (52 millones) vive en condiciones de pobreza. Es evidente que la desigualdad social es uno de los peores azotes de México.
  • De acuerdo con Forbes, la fortuna acumulada de las 37 familias más ricas de México suman 180 mil millones de dólares, equivalentes al 15.1% del PIB.
  • Credit Suisse calcula que el número de millonarios en México aumentará significativamente: si en 2014 había un total de 172 mil millonarios (en dólares) y se calcula que habrá 271 mil en 2019, lo que representaría un aumento del 59% en el número de millonarios en menos de un sexenio.

Eso es lo que ha producido el modelo neoliberal en México y muchas partes del mundo: riqueza acumulada en unas cuantas manos y pobreza extrema en millones de seres humanos. Todo ello ante la incapacidad de los gobiernos que han impulsado ese modelo para generar el bienestar que reclaman, que exigen sus gobernados. ¿Ha llegado la hora de lograr el cambio, dejar el fracasado modelo neoliberal y darle un nuevo rumbo a México?

Sí, definitivamente. Para ello es indispensable realinear fuerzas y construir el consenso en torno a un nuevo proyecto de Nación. Ese es hoy el desafío.