A las mujeres históricamente se nos ha negado el acceso a los derechos humanos fundamentales

Claudia Trujillo

Claudia Trujillo Rincón

Coordinadora Nacional de Mujeres en Movimiento

Todos y todas sabemos que los derechos humanos son inherentes a la persona, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables. Por definición, el concepto de “derechos humanos” es universal (para todos los seres humanos) e igualitario, así como incompatible con los sistemas basados en la superioridad de una casta, raza, pueblo, grupo o clase social. Son, además, atemporales e independientes de los contextos sociales e históricos.

En ese sentido, los derechos pueden ser los atributos y libertades que poseemos las mujeres y los hombres, por el simple hecho de existir; y estos, a su vez, son indispensables para lograr una vida digna.

Las mujeres y los hombres somos diferentes biológicamente hablando y también en nuestras necesidades, y eso provoca muchas veces desigualdad social y poco acceso a nuestros derechos.

A las mujeres históricamente se nos ha negado el acceso a los derechos humanos fundamentales, por ello es importante aprovechar cada espacio para darlos a conocer y profundizar en cada uno de ellos, para que juntas los repliquemos a cada una de las ciudadanas mexicanas que aún no los conocen.

El derecho a la educación, al trabajo, a la salud, al desarrollo, a una vida libre de violencia, a la participación política, a la libertad sexual y reproductiva, son herramientas indispensables para nuestra vida diaria, y si bien el estado debe hacerlos valer, nosotras debemos conocerlos a profundidad para exigirlos. Las mujeres, al igual que los hombres, debemos gozar del pleno ejercicio de los derechos humanos.