Cristina Pacheco y Mauro Loyo reciben el Premio Nacional Benito Juárez al Mérito Ciudadano

Cristina Pacheco y Mauro Loyo reciben el Premio Nacional Benito Juárez al Mérito Ciudadano
REDACCIÓN EL CIUDADANO

El Premio Nacional Benito Juárez al Mérito Ciudadano, tiene como objetivo reconocer la labor y trayectoria de aquellos mexicanos cuyo desempeño se ha convertido en una desinteresada y virtuosa aportación personal en beneficio de la sociedad y del país. En el marco de su décimo sexto aniversario, Movimiento Ciudadano otorgó la presea a la destacada periodista, conductora y escritora Cristina Pacheco, y al distinguido neurocirujano Mauro Loyo Varela.

En la octava edición de esta ceremonia de premiación, que se llevó a cabo el cinco de diciembre de 2014 en el salón HIR del World Trade Center, Ciudad de México, el Coordinador de la Comisión Operativa Nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, señaló que la medalla lleva el nombre Benito Juárez, porque se asume a este personaje histórico “como una figura señera, paradigmática y universal de la historia, al contar con las virtudes que distinguen a los grandes estadistas: amor a la patria, escrupulosa integridad en el manejo de los dineros del pueblo, y respeto al poder que se le confía y a los ciudadanos que creen en él y lo aceptan como representante y guía”.

Por ello, dijo, “en el ejemplo de Juárez encontramos valentía para enfrentar adversidades, seguridad para conducir a la nación y la firme voluntad de aplicar la ley, siempre la ley, para gobernar e impartir justicia. Para Movimiento Ciudadano, la figura histórica de Benito Juárez es paradigmática; nos compromete a mantener transparente nuestra conducta y firme el derrotero a fin de darle un nuevo rumbo a México”.

En referencia a Cristina Romo Hernández, mejor conocida por su nombre de casada, Cristina Pacheco, resaltó que la obra, los méritos y el sólido compromiso social de la guanajuatense, han creado un mar de historias que la han posicionado como una talentosa literata y periodista.

Recordó que el trabajo de la galardonada está plasmado en diversas revistas, novelas, entrevistas, radio, televisión, textos publicados en periódicos de acreditada circulación nacional, como La Jornada a través de su publicación dominical Mar de Historias. Por si fuera poco, en el 2011 el programa Aquí nos tocó vivir, fue catalogado por la UNESCO como Memoria de la Humanidad.

En 1959 aparecieron sus primeras colaboraciones en los periódicos El popular y Novedades; posteriormente en la revista Sucesos con la serie Ayer y hoy; se encargó de dirigir tres revistas femeninas, para después irse a vivir a Inglaterra, con su esposo, el poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano, José Emilio Pacheco, para quien Dante Delgado tuvo expresiones de particular reconocimiento.

A su vez, Cristina Pacheco se congratuló por recibir dicha presea, la cual, dijo, “llega en un momento muy especial, un momento difícil, ustedes saben la historia, no tengo que repetirla… Pero, en efecto, si me mantengo en pie, me mantengo firme, es por varias razones: primero que nada porque tengo que honrar la memoria, la presencia constante de una persona que me dio absolutamente todo: educación, compañía, conversación, amor, viajes, lo que nunca hubiera tenido; pero sobre todo libertad, más que nada, el respeto para que yo pudiera hacer un trabajo que me entusiasma por muchas razones, porque escucho voces que de alguna manera son también las de mi gente”.

Manifestó, asimismo, que este ha sido un año cruel, especialmente para las letras hispánicas y para nuestro país, “porque vivimos momentos difíciles”. Tras cuestionarse si sabría de qué manera podría salir de esos problemas, comentó que desconocía la respuesta. Y advirtió enseguida: “yo no tengo militancia política de ninguna especie, mi militancia está con la gente, con mi trabajo, en la calle, donde pueda conversar con seres que me enseñen un punto de vista y una visión del mundo. Mi militancia, insisto, está con la gente, y la bendigo por su esfuerzo, por su dignidad, por su capacidad de seguir esperando y por su capacidad de seguir confiando en que algo pasará. Esas personas tienen escritas en su memoria una palabra que no podemos olvidar: esperanza”.

Después de prolongados aplausos de los asistentes, Dante Delgado retomó la palabra para resaltar la también destacada trayectoria del neurocirujano, Mauro Loyo Varela, quien además de ser profesor, sinodal, conferenciante y servidor público mexicano, es autor de 140 publicaciones científicas en revistas nacionales y extranjeras, y de cuatro libros; además, dijo Dante, pertenece a 19 sociedades médicas internacionales y 25 mexicanas, en algunas de las cuales ha ocupado cargos directivos o participado en su fundación.

Cabe destacar que es el primer latinoamericano, que recibe el premio William Beecher Scoville, otorgado por la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía gracias a sus aportaciones en el diseño de 57 instrumentos quirúrgicos para neurocirugía. Mauro Loyo comenzó a diseñarlos desde 1977, aunque de forma rudimentaria, en el Centro Médico Nacional del IMSS, cuando era jefe de los Servicios de Neurocirugía. Pero fue en Alemania donde logró producir el primer grupo de instrumentos con un acero inoxidable especial, conocido como 451, que empezó a comercializarse en todo el mundo en 1982.

Dante Delgado remembró que el doctor veracruzano ha recibido numerosas distinciones, una de ellas en 1984, cuando se le entregó la presea Doctor Gustavo Baz en la rama de Tecnología Médica, durante la XXVI Asamblea Nacional de Cirujanos, así como el reconocimiento Héroes de la Salud, que le entregó el Movimiento Solidario Latinoamericano por los Derechos Humanos. Mauro Loyo es egresado de la Universidad Veracruzana, con posgrado en el Centro Médico Nacional; becario en Inglaterra, Suiza, Suecia, Alemania, Canadá y Estados Unidos. Éste distinguido médico mexicano es, adempas, un padre amoroso, aficionado al buceo y amante de la música.

Tras ser reconocido, Mauro Loyo expresó su satisfacción al recibir este premio creado en el 2006 para conmemorar el Bicentenario del nacimiento de Benito Juárez, con el fin de reconocer a ciudadanos que se destacan por tener un desarrollo sobresaliente en beneficio de la sociedad mexicana. “Don Benito cierra una historia que poca gente habla de ella, es una historia donde hubo muchos presidentes, la Invasión Norteamericana, muchas cosas que la historia no nos ha aclarado, una época de una gran inestabilidad en México, y él cierra esa parte e inicia la nueva historia de este país. Así que para mí éste es un doble honor porque esta presea lleva su nombre”.

Además resaltó su orgullo por ser mexicano pero en particular por ser hijo de la Universidad Veracruzana, que fue la cuna de su enseñanza porque le brindó la oportunidad de estudiar y sentar las bases de lo que sería el soporte del resto de su vida profesional, con casi más de 40 años de labor científica. Por último, resaltó la importancia de instituir esta medalla, al implicar “un estímulo para todos aquellos que la hemos recibido y a los que en un futuro puedan aspirar a ella, ya que, se los digo con toda honestidad: No hay nada más importante en la vida de un ser humano que ser reconocido antes que en el extranjero, en su propio país”.

Al término del evento los galardonados recibieron la Medalla Benito Juárez, como anteriormente la han recibido 24 distinguidos mexicanos que se han caracterizado por su sólido compromiso social.