Héctor Daniel Luna Flores
Héctor D. Luna Flores: Combatiendo la tragedia que asecha a la pirotecnia en México

“La idea surgió porque sabemos que el Estado de México es un gran productor de pirotecnia, pero en la industria hay muchos riesgos”

El municipio de Tultepec, en el Estado de México, es uno de los más importantes productores y comercializadores de pirotecnia en el mundo, al punto de que la Feria Nacional de Pirotecnia de este municipio se internacionalizó en marzo pasado, durante su 30 aniversario, lo que implicó la participación de pirotécnicos de Italia, Costa Rica, Perú, Bolivia y Chile, además de otros estados de nuestro país.

Sin embargo, detrás de la fama mundial que ha cobrado, de la generación de empleos y la atracción de turismo de diferentes partes del mundo, se oculta la tragedia que acompaña día con día a los pobladores de la región. Según el diario Excélsior, en marzo del año pasado la suma de explosiones en fábricas e inmuebles de Tultepec ascendía ya a 39, con 83 víctimas mortales. A estas cifras históricas hay que añadir las del año en curso, que según El Universal para junio pasado sumaban 13 explosiones con 13 muertos y 20 heridos. Un mes después de la publicación, el 5 de julio, se registró una más en una fábrica de la zona de la Saucera que cobró la vida de 24 personas y dejó a otras 54 heridas de gravedad.

Comite-contra-texLas cifras muestran que lejos de ser incidentes aislados, los casos han ido aumentando de manera exponencial, dejando a su paso la pérdida de vidas humanas; niños, jóvenes y ancianos mutilados; daños estructurales en cientos de inmuebles y una gran cantidad de pérdidas económicas. Las razones pueden ser diversas: establecimientos clandestinos, normativa insuficiente, procesos no controlados, etc., pero la realidad es que estos negocios familiares son el modo de subsistencia de todo el municipio, y también su peor amenaza.

Ante este escenario, un estudiante de Ingeniería Mecatrónica del Tecnológico Nacional de México (TecNM) Campus Ecatepec, Héctor Daniel Luna Flores, recibió el Premio a Jóvenes Inventores “COMECYT” 2016 con el proyecto de la máquina automática empacadora de pirotecnia, que surgió ante la necesidad de salvaguardar la vida de quienes se exponen a la manipulación de fuegos pirotécnicos.

En este mes patrio, considerado como una de las temporadas más productivas del sector, Héctor Daniel habla de la gestación y desarrollo de la máquina empacadora de pirotecnia, en entrevista para El Ciudadano.

Una idea que nació como respuesta a una necesidad urgente

La idea surgió porque sabemos que el Estado de México es un gran productor de pirotecnia, pero en la industria hay muchos riesgos. En una ocasión fui a un polvorín con mi asesor Jesús González Lemus y estuvimos analizando que hay un gran problema porque el proceso del empacado es muy tardado y además muchos niños y personas mayores entran en contacto con los químicos. Curiosamente, ese mismo día ocurrió un incidente, como seguramente suceden todo el tiempo: se le prendió un “ratón” a un niño cuando estaban empacando y se incendió toda la bolsa. Eso me hizo ver la necesidad de que el proceso tuviera que ser automatizado y de ahí surgió el proyecto.

Después, como la universidad hace un Diplomado de Educación Financiera y otro de Análisis de Viabilidad de Proyectos, entré, y con un conjunto de asesores comencé a hacer el plan de negocio. Ahí empezamos a darle más forma al proyecto. En la parte técnica tuve apoyo por parte de un asesor externo, el Ing. Fabián Leonov, quien me ayudó a hacer el análisis técnico de forma profesional.

Cuando pasé el primer filtro me llamaron para exponer el proyecto, fueron varias universidades pero casi todos los proyectos tenían cuatro, seis u ocho integrantes y en el mío era yo solo. Cuando iniciamos el diplomado éramos seis, pero como era los sábados de ocho de la mañana a dos de la tarde y era mucho trabajo, empezaron a faltar y al final me quedé solo.

No había pasado un mes cuando me llegó el correo avisándome que había ganado el premio, que implicaba un curso de propiedad intelectual y quince mil pesos. Tomé el curso de Propiedad Intelectual y después iniciamos con el proceso de fabricación del prototipo. Con la ayuda de Derek Isaac Cancino Aguilar, director del Instituto Mexicano de Pirotecnia, recibimos un financiamiento de 109 mil pesos. Así comenzamos con un equipo de nueve personas que después se fue reduciendo, pero ya estamos por terminarlo.

Los grandes beneficios de la máquina empacadora de pirotecnia

La máquina empaca pirotecnia de juguetería, los que se llaman “ratoncitos”. Para empacarlos tienen que hacer bolsas de 100, ahí es donde están contacto con la pirotecnia y la sellan con una resistencia o con una segueta, pasándola por una veladora, eso es un gran peligro. El incidente que vimos con el niño fue porque puso la mecha entre la segueta y al momento del contacto con el fuego el “ratón” se prendió y se incendió toda la bolsa. Con la máquina ellos solo tendrían que meter el producto en la tolva y sacar las bolsas selladas, ya no tienen contacto con el producto, únicamente en la fabricación.

En este prototipo nos enfocamos en los “ratoncitos” porque es lo que más se vende, lo más comercial, y en lo que más se tardan los niños. Pero haciendo un análisis se puede saber qué elementos hay que utilizar para empaquetar otro tipo de pirotecnia.

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Estuvimos en el primer evento de latinoamericano de pirotecnia en el hotel Plaza de las Américas y a varios productores les gustó mucho el proyecto porque cuando es temporada alta ellos tienen que ponerse a empacar mucho producto en muy poco tiempo, tienen que traer a sus hijos, sus sobrinos y gente mayor; yo les comentaba que con la máquina ya no tendrían que hacer eso, únicamente tener a un operador que supervise la máquina y la pirotecnia ya sale empacada. Con esto se evitarían muchos costos y accidentes, además de que los niños pueden continuar en la escuela, su tiempo se aprovecha al máximo y así se contribuye al futuro del país. Son empresas familiares, el papá y los hijos que tienen su polvorín, las hermanas, sus cuñados y sus hijos que les ayudan en la fabricación, entre todos ellos es posible reunir el monto para comprar la máquina.

Pero además de la inversión privada que los productores puedan reunir, me parece que el Estado tendría que hacer un plan para financiar o ayudarles de alguna manera, porque también es un tema de salud, hay muchas pérdidas tanto humanas como materiales, así como daños psicológicos. Además, la máquina conlleva un impacto positivo en el medio ambiente, porque mientras cada persona empaca va tirando pólvora en el piso, después la barren y la tiran al drenaje, contaminando el agua. Con la máquina eso no sucedería, no habría merma y se reducirían los tiempos de producción y los costos.

Los retos por venir, a gran escala

Hace un mes se acabó el recurso que nos dieron, hubo un mal cálculo en los materiales, nos basamos en los precios que pudieron conseguir los asesores del proyecto, pero ya que estás afuera te das cuenta de los precios reales, entonces lo que falta ya lo estoy poniendo por mi cuenta. Antes de que iniciara al proyecto fundé una empresa que se llama Proyectronics, ahí instalamos circuito cerrado, automatizamos portones, ponemos cercas electrificadas, sensores en puertas y ventanas, etc.; con eso empezamos a tener más práctica en producir piezas, en procesos de automatización y podemos ir reuniendo dinero para las piezas que le hacen falta a la máquina.

Ya sea con financiamiento o con mis recursos, tengo el objetivo de montar una nave para producir ese tipo de máquina. Aunque es mucho dinero, porque se necesitarían aproximadamente dos millones doscientos mil pesos, es necesario poder fabricarla en serie. Este prototipo es sólo para asegurarnos de que funciona y poder establecer los procesos y la ingeniería concurrente para replicarla, porque hacer una por una es incosteable e ineficiente.

Creo que puedo terminar el prototipo a mediados del mes que viene y para diciembre ya podría estar funcionando, aunque el plan de negocio para poder tener ya la nave y fabricar la máquina tardaría aproximadamente un año. Aunque ha sido un proceso largo y todavía se necesita inversión y trabajo, hemos hecho grandes avances; gracias al Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec y al director Derek Isaac, quienes contribuyeron a la creación de este proyecto, estamos por iniciar esta gran aventura.