Dicen por ahí que cuando uno se aleja de la tierra donde nació, regresa a morir. Será verdad o será mentira, pero yo sí retorné a mi Mexicali querido, en el que cada día me conquistan más sus atardeceres, y en donde el sol se oculta para enamorar a la luna.
Precisamente en esta ciudad conocí a una incansable y notable artista: Ruth Hernández.
Radicando en la Ciudad de México, su padre la llevaba a Bellas Artes. En una de esas visitas descubrió una exposición de Diego Rivera :“quedé impactada, ¡ya no quiero ser cantante, ahora seré pintora!”. Y fue en ese momento que cambió el rumbo de su vida.
Al retirarse su padre del ejército se establecen en la ciudad de Mexicali para estar cerca de la familia de su madre. Estudió pintura en la Escuela José Clemente Orozco en esa ciudad y posteriormente en la Escuela de Artes Plásticas La Esmeralda. Además, tiene a sus espaldas un sinfín de talleres: grabado, serigrafía, cerámica, fotografía, por mencionar algunos.
Su tenacidad la ha hecho merecedora de varios premios, entre estos, el primer lugar en pintura en la VIII Bienal Plástica de Baja California, y segundo lugar en cerámica en la décima edición del mismo evento. Asimismo, recibió el segundo lugar en pintura en el concurso estatal México y su Revolución Social, con motivo del centenario de la Revolución Mexicana. Se hizo merecedora al reconocimiento Mexicalense del Año que otorga la Asociación de Mujeres Periodistas de Mexicali. Durante una emotiva ceremonia, fue galardonada con el Premio Estatal Benito Juárez al Mérito Ciudadano, que dio Movimiento Ciudadano con el fin de reconocer su dedicada aportación al enriquecimiento de la cultura.
Ruth no teme experimentar con las texturas, los materiales y el color. No es influenciada por ninguna corriente, sólo es ella misma. Podría decirse que su obra está dentro del expresionismo abstracto, pero también maneja con gran habilidad lo figurativo. En sus obras descubrimos una versátil técnica, ya que igual maneja el óleo que el acrílico sobre tela; corta, cala, pinta sobre madera, solda, moldea, graba, recicla, maneja el pincel y la espátula con gran maestría. Sus manos transforman todo lo que toca.
“Ruth Hernández apuesta, en un mundo devastado por el miedo, la violencia, la miseria y el absurdo en todas sus manifestaciones, por el recogimiento espiritual y la imaginación sensual”, considera José Manuel Di Bella, promotor cultural.
El color y las formas parten de su alma, su creatividad es inagotable: Ruth Hernández es sentimiento, pensamiento y corazón.
Sus obras forman parte de colecciones de instituciones públicas y privadas en ciudades como Buenos Aires, Tokio, Nueva York, Bulgaria, Chicago, Arizona, etc.
Ruth menciona que Baja California es el estado de entrada y salida donde convergen distintas culturas artísticas e intelectuales de México con las de otros países, y por lo tanto debería ser una entidad donde se impulse la presencia de nuestro arte a nivel mundial. Pero al arte no se le da la importancia que debería, hay una indiferencia total.Esto le preocupa y sigue luchando por unificar a los artistas y conseguir espacios dignos para la exhibición de nuestro arte.
Actualmente imparte talleres de pintura dentro de la galería José García Arroyo, de la cual es columna vertebral, siendo la artista más activa y participativa. Eres admirable Ruth Hernández. Los jóvenes nos cansamos y nos damos por vencidos y tú sigues luchando con alegría, entusiasmo y esperanza, confiando en despertar y contagiar a los que te rodean de tu amor y pasión por el arte. Gracias por tus enseñanzas y por hacerme partícipe de tu proyecto. Como siempre dices: “el arte es un camino, hay que recorrerlo”.
