Dip. Nelly Vargas Pérez: Violencia escolar

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Nelly Vargas Pérez
Diputada Federal por el estado de Tabasco

El bullying o acoso escolar se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin una razón clara, adoptadas por uno o más estudiantes en contra de uno o varios compañeros.

El maltrato o violencia infantil también suele ser definida como toda conducta de acción u omisión basada en la concepción de superioridad y/o en el ejercicio abusivo de poder, que tiene como objeto producir un daño físico, psicológico o sexual, perjudicándose el desarrollo del menor de edad, ya sea en primer término en el seno familiar, en la escuela, o en el medio social. Actualmente no se cuenta con los mecanismos legales para contrarrestar dicho problema.

El bullying es una enfermedad social que no reconoce fronteras, presente en todos los sectores y clases sociales, que afecta el desarrollo armónico, íntegro y adecuado de un menor, comprometiendo su educación y, consecuentemente, su desenvolvimiento escolar, con disturbios que ponen en riesgo su socialización y, por tanto, su conformación personal, social y profesional.

De acuerdo a un estudio realizado por la secretaría general de la ONU sobre la violencia entre los niños, en el año 2007, en México el 65% de los niños y niñas en edad escolar han declarado haberlo sufrido. Esto quiere decir que siete de cada diez niños y jóvenes han sufrido bullying en alguna etapa de su vida escolar.

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), revela que nuestro país se encuentra en el primer sitio a escala internacional en el número de casos de acoso escolar en nivel secundaria.

El estudio denominado “El bullying o acoso escolar” refiere que de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 11% de los estudiantes mexicanos de primaria han robado o amenazado a algún compañero.

El brote de violencia en las escuelas puede condicionar una infracción futura, pues sabemos que el bullying es la antesala del pandillerismo y la delincuencia, ya que el maltrato infantil impacta no solo en la calidad de vida del individuo, sino también en su desarrollo social, sin considerar los daños físicos, que pueden llegar a ser permanentes.

El vacío legal en la materia se ha convertido en un obstáculo para el resguardo de los derechos infantiles; sin embargo, al detectar estas lagunas legales, algunos países han constituido un marco jurídico para proteger a los niños.

En 2012, la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado de la República reveló que, a escala nacional, existe un registro de 5 mil personas que perdieron la vida por acoso escolar, de las cuales 4 mil 201 eran varones y 989 mujeres.

Debido a lo anterior, vale la pena destacar que, en la búsqueda de prevenir este tipo de conductas, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la Ley para la Promoción de la Convivencia Libre de Violencia en el Entorno Escolar, que se publicó el 31 de enero de 2012, quedando establecido en su artículo 32 el maltrato entre escolares de la siguiente forma:

“Se considera maltrato entre escolares, las conductas de maltrato (sic.) e intimidación, discriminación entre estudiantes de una comunidad educativa. Asimismo, genera entre quien ejerce violencia y quien la recibe una relación jerárquica de dominación-sumisión, en la que el estudiante generador de maltrato vulnera en forma constante los derechos fundamentales del estudiante receptor del maltrato pudiendo ocasionarle repercusiones en su salud, bajo rendimiento en su desempeño escolar, depresión, inseguridad, baja autoestima, entre otras consecuencias que pongan en riesgo su integridad física y mental”.

Sin lugar a dudas, el fenómeno del bullying en nuestro país ha alcanzado cifras alarmantes, que han hecho que diversos sectores de la sociedad fijen su atención en atender la violencia en los centros escolares.