Mujeres en Movimiento
Paridad Nuevo León: un reto histórico y una deuda pendiente para las mujeres

Mujeres en Movimiento
 

La violencia política en razón de género se define como una “acción u omisión que, en el ámbito político o público, tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos político-electorales de una mujer, el acceso al pleno ejercicio de las atribuciones inherentes a su cargo o función del poder político” (Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia).
En México, gracias a los esfuerzos por mejorar las condiciones de las mujeres en la vida política, el pasado trece de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el cual se reforman y adicionan diversas disposiciones en materia de violencia política de género. Las leyes adicionadas fueron:

1. Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

2. Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

3. Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral.

4. Ley General de Partidos Políticos.

5. Ley General en Materia de Delitos Electorales.

6. Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República.

7. Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

8. Ley General de Responsabilidades Administrativas.

Estas reformas impactarán de manera muy significativa en la vida político-electoral del país, principalmente en los procesos electorales por venir, con la excepción de los procesos electorales de las entidades de Hidalgo y Coahuila, que fueron recientemente suspendidos por el INE debido a la contingencia por la pandemia del virus COVID-19.

Es por eso que, el pasado 24 de junio, desde Movimiento Ciudadano se promovió un juicio electoral ante la omisión del Congreso de Nuevo León de llevar a cabo los ajustes legislativos necesarios para implementar en el orden local las reformas relacionadas con paridad y la violencia política en razón de género.

Desafortunadamente, el 8 de julio el Tribunal Electoral local resolvió en el sentido de sobreseer el recurso de apelación, por considerar que era inexistente la omisión legislativa mencionada por Movimiento Ciudadano.

Tras promover un juicio de revisión, el caso llegó a la Sala Superior, la cual resolvió el 5 de agosto en el sentido de ordenar al Congreso local de Nuevo León que legisle inmediatamente para contar con la normatividad correspondiente en materia de paridad y violencia política en razón de género, y a la autoridad administrativa estatal emitir los lineamientos correspondientes que aplicarán en el próximo proceso electoral local.

La paridad va acompañada de un gran paquete de reformas en materia de violencia política por razón de género. Los congresos locales deben motivar la importancia de prevenir y atender cualquier tipo de violencia que se comenta en contra de las mujeres que compiten por un cargo público, y quien lo perpetre se hará acreedor a una sanción.

Para avanzar hacia la igualdad sustantiva es indispensable lograr cambios estructurales de fondo, desde luego, para cumplir con la ley.

Es necesario que en los próximos comicios electorales las mujeres estemos en igualdad de oportunidades y se nos garanticen nuestros derechos político-electorales, y que sean las autoridades electorales quienes velen para que se garantice nuestra participación.

La #ParidadNL no basta por sí sola: necesitamos que las mujeres, en Nuevo León y en todo México, tengan oportunidades reales de participar sin ser violentadas políticamente y en ningún espacio. En nuestro país necesitamos más diputadas, senadoras, alcaldesas, gobernadoras, más mujeres dirigiendo partidos e instituciones, y dicho sea de paso, una presidenta.

Con estas reformas se establecen nuevas reglas de participación. Las mexicanas contamos con el liderazgo y la capacidad para estar al frente de la toma de decisiones, sin embargo, aún existen muchas barreras que debemos librar para que seamos consideradas parte indispensable en el ejercicio de la vida política de nuestro país.

Desde #MujeresEnMovimiento asumimos el reto de capacitar a nuestros perfiles de manera permanente, con el fin de que las mujeres que estén al frente de la toma de decisiones sean las mejor capacitadas para llevar la agenda de otras mujeres a los diferentes espacios.