SALUD
La juventud mexicana no teme infectarse de VIH

“Desafortunadamente la juventud subestima la enfermedad porque sabe que al seguir el tratamiento ya no morirá de Sida” Roberto Vázquez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM

Patricia Zavala Jiménez

Patricia Zavala Jiménez
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De acuerdo con las últimas cifras del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida) correspondientes al 11 de noviembre del 2019, este año en México el sector de la población más vulnerado al infectarse del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) fue el de los jóvenes de entre 25 y 29 años de edad, registrando 919 casos; le siguieron las personas de entre 30 y 34 años de edad, con 810 casos; después los jóvenes adultos de entre 35 y 39 años, con 636 casos; así como los jóvenes de entre 20 y 24 años, con 591; y, por último, los adultos entre 40 y 44 años, al registrar 457 casos.

En este sentido, el académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Roberto Vázquez Campuzano, destacó que es alarmante que los jóvenes ya no le tengan miedo a la infección. “Desafortunadamente la juventud subestima la enfermedad porque sabe que al seguir el tratamiento ya no morirá de Sida. También tienen una falsa sensación de seguridad porque creen que al abstenerse o ser fieles están exentos de contagiarse. Por ejemplo, en una entrevista escuché que un joven creía no estar en riesgo de infectarse porque le era fiel a su pareja, pero en ese año tuvo cinco novias; por tanto, ignora el riesgo que implica tener múltiples parejas sexuales”.

Señaló que es cierto que los medicamentos permiten que una persona permanezca totalmente asintomática el resto de su vida, y si su expectativa es vivir 80 años no fallecerá por alguna infección asociada al VIH, pero debe tener en cuenta que los medicamentos sí provocan reacciones adversas y malestares. “En la actualidad, si una persona infectada decide mantener ante la sociedad el anonimato de su enfermedad lo puede hacer porque no lo delatará ningún síntoma, pero su responsabilidad es informar a sus parejas sexuales para evitar más contagios”.

Vázquez Campuzano aclaró que para evitar complicaciones y mantener la efectividad del tratamiento “es necesario que las personas con VIH tomen la medicación adecuada y con apego, es decir, estrictamente en los días que le corresponden; no puede desplazarlos ni cambiarlos, tampoco modificar el horario de ingesta. De lo contrario, el individuo genera resistencia al virus, el tratamiento pierde eficacia y eso es terrible porque surgen nuevas cepas que resisten a algunos medicamentos; esto implica que no solamente a esa persona hay que cambiarle el tratamiento sino a todos sus contactos sexuales”.

Retomando las últimas cifras del Censida, en nuestro país se tienen registrados 210 mil 104 casos de personas infectadas con el VIH desde 1993, cuando se suscitó el primer caso, hasta la fecha. En este sentido, el académico explicó que, contrario a lo que se cree, en México estas últimas cifras son alentadoras porque significa que la pandemia del VIH se mantiene estable, tomando en cuenta que cada año prácticamente se infecta el mismo número de sujetos, es decir, cerca de nueve mil contraen el virus.

Además, el especialista sostuvo que entre el 70 y 80 por ciento de los infectados reciben tratamiento y atención por parte del Sistema Nacional de Salud, lo que permite que hoy en día la infección por VIH sea una enfermedad crónica con cura funcional.
Esto implica que las personas ya no desarrollan Sida, que es un conjunto de signos y síntomas que generan distintas enfermedades que en épocas pasadas derivaban en la muerte, sin embargo, al tener acceso a tratamientos antirretrovirales se evita el progreso de los malestares. “Incluso, esto ha provocado que en la actualidad esté cambiando la terminología, ahora debemos llamarla enfermedad por VIH y no Sida, porque ya no es común que se manifiesten los síntomas”.

Es importante destacar que cuando inició la pandemia, la prevalencia era de siete hombres por cada mujer infectada; en la actualidad es de cuatro hombres por cada mujer infectada, por tanto, el 80 por ciento de los casos se presenta en hombres y el 20 por ciento en mujeres.
Roberto Vázquez explicó que existen más casos del género masculino porque tradicionalmente la transmisión se suele generar entre parejas homosexuales y bisexuales; sin embargo, de unos años para acá, la pandemia se ha heterosexualizado, lo que puede implicar que en algunos años se registren más casos en mujeres, debido, entre otras cosas, a que sostienen relaciones sexuales con múltiples parejas.

En México, los estados con mayor prevalencia son Campeche, Quintana Roo y Yucatán porque son entidades que tradicionalmente se caracterizan por no brindar información sobre cómo se contraen las enfermedades de transmisión sexual. En Quintana Roo, otra característica importante es el turismo extranjero, ya que puede ser una puerta de entrada para el VIH a nuestro país. Asimismo, un factor de riesgo es cuando las personas salen de vacaciones, porque suelen modificar su comportamiento, señaló el académico.

En cuanto a la infección en infantes, Vázquez Campuzano mencionó que afortunadamente en niños la prevalencia del VIH es mínima, además nuestro país firmó un convenio con ONU/SIDA para eliminar la transmisión perinatal de VIH para el 2020. “Estamos trabajando para cumplir esa meta, estamos alrededor del 97 por ciento de su cumplimiento, pero todavía tenemos el próximo año para cubrir el tres por ciento que nos falta; es complicado, pero estamos velando por ello”.

En este sentido se ha impulsado una campaña para detectar VIH y sífilis en mujeres embarazadas, porque si al realizarles la prueba resulta positiva se les puede proporcionar un tratamiento que disminuye al 30 por ciento de riesgo de contagiar al producto.

Posteriormente, a la madre se le sugiere tener al bebé vía cesárea para reducir otro 30 por ciento; y, por último, se recomienda que no lo lacte para reducir otro 30 por ciento. “Por tanto, si a la mujer infectada se le detecta la enfermedad durante el embarazo, en etapas tempranas, prácticamente se puede garantizar que el niño nacerá sano”, resaltó.

Roberto Vázquez explicó que en nuestro país cada vez existe más aceptación para que la gente se efectúe la prueba de detección de VIH; sin embargo, todavía un gran número de individuos ignoran que están infectados, y es ahí donde radica la importancia de concientizar a la población para que deje a un lado los tabús y se realice la prueba, la cual tiene una confiabilidad del 99 por ciento. “Es de suma
importancia que conozcan si están infectados para atenderse inmediatamente y evitar contagiar a más personas”.

En el Censida existen diversos centros de atención para que la población se realice la prueba de manera gratuita, anónima e inmediata, porque en 15 minutos obtienen resultados. En caso de salir positivos, ahí mismo pueden recibir orientación en torno a las acciones que deben emprender para controlar la enfermedad y les hacen saber que el sector salud otorga el tratamiento de forma gratuita.

El especialista de la UNAM aseguró que la principal medida de prevención es la información. “Si sabemos cómo se transmite, cuáles son los síntomas y las consecuencias, así como las medidas preventivas, entonces podemos cuidarnos. Es importante que la gente sepa que actualmente el VIH es una enfermedad crónica que no los va a matar, siempre y cuando reciban su tratamiento de manera apropiada, puntual y mantengan los cuidados adecuados, pero esto no significa que no deban protegerse, porque también es cierto que el tratamiento no es tan maravilloso como se pudiera esperar. El peor escenario se da cuando una persona que tiene la enfermedad continúa con actividades de riesgo, pues en consecuencia adquirirá nuevos virus que serán más resistentes y empezarán a limitar su calidad de vida y, de forma egoísta, contagiará a más personas”.

Cabe destacar que el VIH continúa siendo una pandemia a nivel mundial. En 2013, ONUSIDA estableció el proyecto “90-90-90 ONUSIDA”, que tiene nuevos objetivos en materia de tratamiento del VIH. Se busca que para el año 2020, el 90 por ciento de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico respecto al VIH; que el 90 por ciento de los diagnosticados con el virus reciba terapia antirretrovírica continuada, y que el 90 por ciento de las personas que recibe terapia antirretrovírica tenga supresión viral. Más adelante, se espera que para el 2030 se elimine la transmisión del VIH, y para el 2050 la enfermedad haya sido eliminada por completo.

“En México estamos trabajando en el sentido correcto, por supuesto que existen algunas actividades que se tienen que reforzar porque cierto tipo de población necesita mayor atención, ya que está en riesgo y no lo sabe”, afirmó el académico de la UNAM.

Roberto Vázquez concluyó que es sumamente fácil apoyar a un familiar o amigo con VIH porque existen diversas organizaciones civiles que proporcionan información, atención profesional, asesoría psicológica o les efectúan la prueba de detección de VIH e incluso en caso de salir negativa se les brinda información para seguir previniendo; pero si resulta positivo, se les explica cómo modificar su estilo de vida y se canalizan para que conozcan las opciones de tratamiento. “En mi caso, pertenezco a CAPPSIDA, donde se brindan estos servicios, pero otra opción puede ser TELSIDA donde tienen acceso a información y atención”.