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Nizarindani: bisutería con flores deshidratadas que destacan aspectos de la cultura mexicana

Los collares, dijes, aretes, pulseras, llaveros o separadores
de libros son decorados a mano

Patricia Zavala Jiménez

Patricia Zavala Jiménez

Nizarindani es una marca mexicana especializada en elaborar diversos objetos de bisutería que integran elementos naturales como pequeñas flores deshidratadas, papel picado, diminutos caracoles o estrellas de mar.

Desde hace seis años estas ideas las ha implementado Martha Félix Quiroz, quien decidió convertirse en emprendedora y elaborar su propia bisutería luego de recibir como regalo un dije encapsulado con resina. La pieza le gustó tanto que decidió investigar su proceso de elaboración, el cual conlleva desde la recolección de flores hasta el manejo de la resina y la colocación de la misma en bases de plata o latón. “Le pedí ayuda a mis primas, una de ellas es bióloga y me asesoró sobre el tratamiento de las flores, mientras que la química me ayudó con el manejo de la resina; a base de prueba y error fui mejorando la técnica”, comentó.

Martha explica que la elaboración de la bisutería inicia con las flores de sauco que recolectan en el Estado de México; después comienzan la deshidratación, lo cual permite teñirlas de distintos colores; luego de cuatro días deben rehidratarlas, de lo contrario se romperían fácilmente o no se podrían manipular, y a su vez, esterilizan las plantas para impedir su desintegración en el futuro.

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Pasados seis días eligen uno de los tres tipos de bases: la primera puede ser de latón con acabado viejo; la segunda opción son piezas de alpaca con baño de plata; y, por último, en plata. Una vez elegida la base pintan el fondo de la resina, ya sea de color blanco, negro o azul; después colocan las flores o materiales de decoración y la cubren con el resto de resina; por último, efectúan el proceso de limpieza, etiquetado y control de calidad, debido a que ninguna pieza debe poseer burbujas.

Al ser oaxaqueña, Martha pensó que era buena idea retomar la imagen de una mujer tehuana que se caracteriza por la belleza de su vestuario floreado. Incluso el nombre de la marca, Nizarindani, proviene de una palabra zapoteca que significa “agua que florece”.

Gracias a estos aspectos, el proyecto de joyería ha dado buenos resultados. “El producto cada vez tiene mayor éxito. No he dejado de innovar en los diseños, en comparación con la competencia que se limita a incluir sólo flores; además, el trabajo puede ser personalizado, por ejemplo, si quieres le puedo colocar la inicial de tu nombre o lo elaboro con el tono o material que indiques; otra opción, son las corcholatas que adornamos con flores y les incluimos algunas imágenes de moda como son los unicornios”, explicó Martha.

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Otro material que manejan para ornamentar la bisutería es el papel picado, técnica que está declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Asimismo, recientemente integraron la técnica moderna de latón y repujado.

Martha Félix asegura que “es difícil ser emprendedora porque la marca siempre ha sido autogestiva, empecé trabajando con mis pocos ahorros; se requiere destinar recursos económicos para sobrevivir, reinversión, cursos y registrar la marca ante la Secretaría de Economía, por esta razón es importante que las instancias gubernamentales brinden mayor apoyo a quienes decidimos impulsar nuestro propio negocio”.

Hoy en día, en Nizarindani trabajan seis jóvenes mujeres. “Si uno quiere crecer se debe delegar para incrementar la producción, además las chicas me sugieren ideas. Ximena Bañuelos, por ejemplo, es la joven que representa a la imagen de la marca y elabora pulseras, pero se capacitará con la técnica de popotillo para incluirla próximamente en los diseños”, comentó Martha.

En este sentido, Ximena señala que se trata de un trabajo difícil, minucioso y con un toque de paciencia por la labor que implica la colocación de chaquira, estirar las flores, encapsular el material, “todos esos detalles le brindan un valor importante al producto; es importante destacar que no se trata de un accesorio exclusivo para cierta edad, lo pueden utilizar tanto jóvenes como adultos”.

Desde el año 2016 hasta la fecha, dos veces por año asisten a diversos festivales en el extranjero, principalmente a Estados Unidos, para promocionar la bisutería, la cual, aseguran, es sumamente apreciada en el extranjero.

Actualmente, los fines de semana estamos en El Pasaje Bazar, ubicado en Madero #6, Centro Histórico. Es importante destacar que Nizarindani es la marca registrada, pero en Facebook nos pueden encontrar como Maryflor porque es una palabra más sencilla con la que nos pueden identificar. Los invito a conocer el trabajo que realizamos a mano porque además los precios son accesibles, ya que van desde los $60 hasta los $380 pesos, y también vendemos por mayoreo. Es un trabajo minucioso que requiere paciencia, concentración y gusto en los diseños”, concluyó Martha. 

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