Tanya Moss y su efecto mariposa

Adriana Sánchez

Adriana Sánchez

“Como mexicanos tenemos que pensar de forma global, producir para competir con el mundo y no con los vecinos”

Durante más de 20 años de trayectoria, la diseñadora de joyería Tanya Moss ha buscado crear, más que colecciones, historias que identifiquen a cada una de sus piezas con algún aspecto esencial de quien la porta. Con más de 15 boutiques en la Ciudad de México y el interior de la República, la diseñadora ha logrado posicionar una marca que trasciende el uso de accesorios como meros complementos de vestimenta: “Tengo piezas únicas, pero la gente no me ubica como una marca de ese tipo sino más bien como un lujo accesible, que tiene suficiente personalidad como para reflejar lo que eres y lo que representas”.

El camino del éxito

Como muchas historias de éxito, la suya comenzó vendiendo piezas de puerta en puerta. Para Tanya Moss comenzar a labrarse un camino desde abajo es un punto clave: “No veo cómo puede ser de otra manera, es básico. El hecho de que en mi empresa yo sepa desempeñar todos los puestos y que cualquiera de las personas que trabaja conmigo pueda tocar a mi puerta y preguntar ‘¿qué opinas de esto?’, es fundamental porque yo sé hacerlo”.

Sin embargo, el éxito no depende únicamente del trabajo y la disciplina, sino también de la visión, y aunque la diseñadora reconoce que en México hay cada vez más apertura para las marcas, también afirma que uno de los problemas es que no den el ancho en materia de producción: “Como mexicanos tenemos que pensar de forma global, producir para competir con el mundo y no con los vecinos, entonces debes compararte hasta arriba y ese desarrollo te va llevando a un mayor nivel”. Para lograrlo, afirma que uno de los puntos básicos es que la educación se enfoque más a la práctica y al nivel comercial, ya que “una educación te compra una entrada, pero no una estancia”.

La creatividad de un artista

contra03Como en toda producción artística, detrás de cada colección Tanya Moss hay un proceso creativo que para la diseñadora parte del poder que tiene el ojo para resumir y abstraer la realidad: “Me gusta inspirarme en mi entorno y puede ser arte o una cultura específica, como lo que tengo oportunidad de ver durante un viaje. También me gusta asociar mucho mi marca con la naturaleza, sentir que a la hora de tomar una piedra estoy tocando algo vivo, me gusta que la marca hable de eso”.

Pero la inspiración, que para muchos es un momento casi mágico en el que se revela de pronto el arte ante el ojo del creador, es sólo una pequeña parte del proceso; detrás, asegura la diseñadora, hay un trabajo constante: “Te puede llegar la inspiración y es un hilo de donde te agarras para empezar a trabajar, pero es un proceso. No hay iluminación divina, se requiere mucha concentración y disciplina”.

 

Una característica que diferencia a Tanya Moss de otros creadores es la del trabajo colectivo, generalmente los artistas requieren de un proceso solitario de consolidación de una obra, una pieza o una historia, pero en su caso el desarrollo de una marca exije la suma de esfuerzos en distintas áreas. Empatar la creación personal con la labor en equipo puede ser un desafío importante para muchos artistas, para ella la suma de talentos se puede lograr sabiendo la diferencia entre dirigir un proceso e influir directamente en él. “Yo soy buena diseñadora pero soy mejor directora de arte, entonces sé dirigir a la gente que está conmigo, sé trabajar en equipo. Hay veces que les doy el concepto, pero no quiero influir en sus cabezas, me gusta dejar que la gente que trabaja conmigo aporte porque creo que el trabajo colaborativo nos alimenta mucho más. Ya no se trata de mí como persona sino de una marca, estamos hablando de toda la gente que me da su voto de confianza al hacerse dueña de una pieza mía”.

La mariposa: un símbolo que representa a la mujer

Un fenómeno común en los buenos artistas es que alguna de sus creaciones adquiera tal importancia que termine definiendo de algún modo su trayectoria, como sucede con ciertas piezas para los músicos, ciertos personajes para los escritores o ciertos filmes para los cineastas. En el caso de Tanya Moss esto ocurrió con una de sus piezas de joyería: la mariposa. Y aunque, también como en toda obra artística, el público que se apropia de ella le otorga su propio significado, para la diseñadora esta pieza habla de una ideología personal respecto de la mujer. “La mariposa es un símbolo para acordarte de muchas cosas. En primer lugar te recuerda lo que significa para ti, porque cada quien tiene una asociación personal. En mi caso significa la libertad, el constante cambio y evolución, los contrastes: el cuerpo que es un insecto y la belleza de las alas. Pero más que nada es el mensaje de la propia evolución y cómo en cada etapa puedes ser la mejor versión de ti misma”.

A través este símbolo Tanya Moss manda un mensaje de libertad como el derecho más importante en cada etapa y escenario en que una mujer busque desarrollarse, y aunque reconoce que no es una realidad palpable en nuestro país, en su caso ha sido una constante. “Yo he tenido mucha suerte porque nunca me he sentido limitada por ser mujer, nunca lo percibí en mi familia y mucho menos con mi esposo. No tuve la necesidad de pelear por ese espacio, simplemente luché por lo que yo quería y punto. Creo que hoy en día tenemos más herramientas para seguir empoderándonos como mujeres”.

Como sociedad, es claro que nos queda mucho camino por recorrer, pero además de los esfuerzos conjuntos que muchas mujeres han liderado a favor de la equidad de género, la diseñadora encuentra en la esfera personal un punto de partida que favorecerá a generaciones futuras: “Me parece que en cada persona está la posibilidad de ser un agente de cambio y en cada mamá educar a sus hijos, hombres y mujeres, en el respeto, aunque claro que también el gobierno tiene la responsabilidad de empujar a una mayor equidad. Yo celebro a la gente que está haciendo ruido en este momento para que no haya más abusos”.