Sonora
El encuentro de dos luchas

Padres de Ayotzinapa y ABC unen sus fuerzas en la lucha por la justicia

Hermes D. Ceniceros

El imaginario del dolor nacional tiene dos números muy presentes, dos pases de listas de dos dígitos que le remueven las entrañas a más de uno, y les hiere en el alma a 92 padres de familia, 49 en Sonora, y 43 en Guerrero.

En los dos casos se hace responsable al Estado por violación de derechos humanos y por la vida de los bebés y normalistas muertos o desaparecidos, pero más que nada al Estado se le acusa por obstrucción de la justicia.

En su momento, la lucha de las madres y los padres de los 49 infantes calcinados en la Guardería ABC (el 5 de junio del 2009), en Hermosillo movilizó a miles de sonorenses y mexicanos en todo el país.

Esta fecha, anualmente se considera un día de luto a nivel nacional por parte de la sociedad civil organizada, y por tanto a través de diversas movilizaciones se exige justicia en todo México.

A poco más de un año de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, sus padres no han dejado de buscarlos y junto con el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)  han desmentido la supuesta “verdad histórica” que la PGR y el gobierno federal han querido para dar carpetazo al caso.

En el año de lucha que llevan los padres de los 43 normalistas desaparecidos, han recorrido el país e incluso han viajado fuera de él para dar a conocer las irregularidades e inconsistencias de la investigación oficial. Así mismo han señalado la ineficiencia de la Presidencia de la República al momento de ser capaz de garantizar el respeto a los derechos humanos.

En la mañana del pasado 20 de octubre en Hermosillo, en las instalaciones del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS), se suscitó el encuentro de las luchas ciudadanas más simbólicas de este país: la reunión entre los padres de los 43 normalistas y los padres ABC acompañados por otras organizaciones ciudadanas sonorenses.

En esta reunión de solidaridades se estrecharon vínculos y refrendaron compromisos. No sólo para exigir justicia y la aparición con vida de los 43 normalistas, también se comprometieron a defender y ser observadores del respeto de los derechos humanos en todo el país. Los agravios en Sonora no son pocos, y los padres de los normalistas lo saben. Por eso visitaron la entidad con la esperanza de que todas las causas se unan,y los dolores se abracen.

Entre los activistas que refrendaron su apoyo estuvieron los del Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), que en Sonora tienen una organización importante en los campos agrícolas de la costa de Hermosillo y otras regiones de la entidad.

En un tono similar, los jornaleros del Valle de San Quintín de Baja California, se trasladaron a Hermosillo para mostrar su apoyo a los padres de los normalistas y compartir la lucha por sus derechos laborales, y porque el trabajo en el campo mexicano cuente con condiciones más dignas. Por otra parte, mineros de la sección 65 y pobladores afectados por el derrame de Grupo México en el Río Sonora, también dieron muestra de solidaridad.

Quizá la más simbólica fue la de los padres ABC, quienes a través de Patricia Duarte, escucharon la identificación plena en el dolor por parte de los familiares deudos de la tragedia en el incendio de la Guardería.

Posteriormente, en otra reunión a puerta cerrada los dos grupos de padres compartieron impresiones en sus experiencias con la Presidencia de la República y otros asuntos en la búsqueda de justicia. Pero aún en la reunión en el STAUS, otras agrupaciones ciudadanas y sindicatos también dieron muestras de solidaridad con los padres guerrerenses y los normalistas de Escuela Normal Rural Isidro Burgos, cuna de la consciencia social del país.

Más tarde, los padres de los 43 realizaron un mitin en la plaza Emiliana de Zubeldia que se caracterizó por unir dos tradiciones de resistencia en el país para posteriormente dar inicio a la marcha, donde los herederos de Lucio Caballas gritaron consignas por las calles de Hermosillo.

Al caer la noche, el contingente fue iluminado con las luces del alumbrado público por el Bulevar Rosales, mientras los padres de los 43 encabezaban la marcha y dirigían las consignas a sus compañeros que eran más de mil personas de diferentes edades.

Tras llegar al Palacio de Gobierno, que se encontraba iluminado de color rosa en solidaridad con las mujeres que padecen cáncer de mama, se hizo un llamado a que los movimientos sociales sean solidarios y se unan para manifestar su solidaridad.

Frente a los padres de los normalistas y de la Guardería ABC, así como de los estudiantes del mítico 68 y otras luchas sociales sonorenses, el Palacio permaneció cerrado, paciente a que los manifestantes regresaran sus penas a la Emiliana de Zubeldia, donde todo comenzó.