Identidad y cultura

En nuestro país pasa todo y no pasa nada… ¿Por qué?

Arturo Sánchez Requena

La nación mexicana se encuentra cada vez más acosada por la violencia, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para la mayoría de los ciudadanos.

Las recurrentes crisis económicas y políticas que padecemos parecen ya naturales, propias de un país que está acostumbrado a sufrirlas sin quejarse o, cuando algún grupo lo hace, es reprimido y aislado inmediatamente por las autoridades, dejando las cosas exactamente igual.


En nuestro país pasa todo y no pasa nada. ¿Por qué?

Son muchos los factores que provocan el conformismo social, pero hay uno especialmente importante: la manipulación de la cultura y los medios de comunicación.

Hace 50 años, Herbert Marcuse decía en su libro El hombre unidimensional que la cultura está sometida a los intereses consumistas del gran capital, y que esta mercantilización de la cultura provoca que el individuo viva en un mundo prefabricado por los grandes medios de comunicación masiva, la publicidad y la sociedad industrial. El objetivo es un universo unidimensional con sujetos con “encefalograma plano”, donde no exista la posibilidad de critica social u oposición a lo establecido.

Esta situación es particularmente cierta en países como el nuestro.

Sólo una sociedad orgullosa de su cultura, de su historia, de sus costumbres y tradiciones es capaz de reaccionar ante la opresión y el engaño. De ahí la importancia de estimular y desarrollar la cultura de nuestro país, nuestro ser nacional y nuestra importancia como ciudadanos, preservando nuestra propia identidad.

Movimiento Ciudadano es probablemente la única organización política que tiene la vocación y el propósito de apoyar y engrandecer nuestra cultura. A través de la Fundación Cultura en Movimiento, no sólo busca la recreación y el esparcimiento, sino ante todo elevar el espíritu, el desarrollo del ser humano a través del arte y el conocimiento, que son las bases fundamentales del cambio y crecimiento social.