Clase política o política con clase

Eduardo Mendoza Ayala

Eduardo Mendoza Ayala

Muchos analistas y comentaristas del ámbito político han acuñado la frase: “clase política”, cuando quieren referirse a todos aquellos que se desempeñan y participan en torno a esa noble actividad, haciendo alusión al ambiente político en general o bien, al trabajo efectuado dentro de la administración pública en cualquiera de sus tres ámbitos: federal, estatal o municipal.

 Utilizar el término señalado hoy en día, es realmente todo un atrevimiento y hasta una acción de alto riesgo diría yo, toda vez que la actuación negativa generalizada de los que se mueven en los diversos espacios públicos y políticos ha provocado actualmente un profundo malestar social así como una sólida animadversión entre la opinión pública.

 Gracias a numerosísimos y lamentables episodios –lo mismo sabidos o padecidos–  donde la ausencia de ética y moral han sido la constante, hoy en día otorgarle un rango de categoría mínima al ambiente político, contrasta poderosamente con el desprestigio generalizado existente así como el desprecio que la mayoría de la sociedad siente por dicho ámbito, que no le ha reportado hasta el momento beneficios tangibles para lograr su pleno desarrollo.

 Volver a prestigiar el trabajo político en México a través de políticos con verdadero liderazgo, comprometidos y con arraigado sentido de responsabilidad social, es una de las tareas primordiales en Movimiento Ciudadano, ligado esto al diseño y aplicación de políticas públicas que ayuden a ir resolviendo los problemas más urgentes de los ciudadanos.

 Si algo está caracterizando a Movimiento Ciudadano actualmente, es que sin precipitaciones, la mayoría de sus cuadros están trabajando metódica y sistemáticamente en función de servir profesionalmente a todos los integrantes de la sociedad. En ese sentido expresamos que hay deseo, genuina vocación de servicio y compromiso auténtico por ayudar a quienes más lo requieren, dada su precaria condición socioeconómica y educativa.

 Ese congruente trabajo, entre el decir y hacer, está haciendo que cada vez más, Movimiento Ciudadano continúe ganando espacio en el ánimo y la aceptación de los individuos y grupos en numerosas comunidades del país. Predicar con el ejemplo a través de la operación de ayuntamientos transparentes y donde se rinden cuentas al ciudadano común –entre otras cosas- nos ha ido acreditando positivamente.

 El camino andado no ha sido fácil, toda vez que el principal reto es crear una nueva cultura política, que supere a la paterno-autoritarista que predomina en el ambiente gubernamental; eso lleva tiempo y muchos dentro de Movimiento Ciudadano lo sabemos. Nuestra visión es a mediano y corto plazo para poder incidir e influir positivamente con trascendencia.

Sólo de esa forma lograremos que analistas y comentaristas políticos, cambien la terminología actualmente utilizada, acreditando el término “política con clase” a la instaurada y puesta en práctica por la gente de Movimiento Ciudadano, superando a la clasificación de “clase política”, que hoy en día no prestigia y que en los hechos es propiamente inexistente.