PRIMERA PARTE
Extracto del ensayo “En vías del empoderamiento femenino”

Gloria Juárez Torres

Gloria Juárez Torres

Jessica Beatriz Juárez Torres

Jessica Beatriz Juárez Torres

El 17 de octubre de este año se conmemora el 60 aniversario del voto femenino en México. No obstante, la conquista del sufragio no ha cambiado sustancialmente la posición subordinada de la mujer, ni su marginación de la esfera del poder político.

Las mujeres han ganado reconocimientos y presencia en cargos y espacios públicos, pero con un alto grado de variación y discrecionalidad, y no se ha conquistado aún el umbral crítico de incorporación política femenina que marcan los estándares establecidos por organismos internacionales como las Naciones Unidas: 30% de los cargos públicos.

Es menester entender, como seres humanos, que no habrá desarrollo con equidad sin la participación integral de la mujer en la sociedad. En este contexto, existen motivos suficientes para desarrollar el tema buscando la reflexión e incluso el debate sobre la participación política como factor de empoderamiento de las mujeres.

logo-mujeres-en-movimientoEn sus comienzos, el movimiento feminista se concentró en el desarrollo de una agenda política consecuente con este esclarecimiento: la completa transformación del status quo y la creación de una sociedad sin sexismo. La teoría feminista es una teoría del poder, y como tal, su objetivo es la explicación del origen de la opresión, supresión, y represión de la mujer.

La actual diferenciación entre sexo (diferencias biológicas) y género (diferencias sociales) fue quizás la primera contribución significativa de la teoría feminista al estudio del fenómeno de la dominación masculina.

La perspectiva de género es una postura teórica e ideológica que se sustenta en el reconocimiento de que el género es una construcción sociocultural; pretende explicar los dispositivos de que se valen las sociedades para perpetuar los modelos hegemónicos y la relación de dominio sobre las mujeres.

Hoy en día, las mujeres siguen luchando, pero ya no por una igualdad, sino por la equidad de género, que es la capacidad de ser equitativo, justo y correcto, tanto con mujeres como con hombres.