Hay personas buenas y malas

Plática con Erick Martínez Martínez, aseador de calzado.

Tania Rosas

Tania Rosas

Erick tiene 15 años. Es un joven delgado, alto, sonriente, amable y muy trabajador. Todos los días se levanta temprano y va con su padre a diversas oficinas en donde asea calzado. Hace seis meses llegó a la Ciudad de México a trabajar en este oficio desde su natal Oaxaca, podría decirse que casi en huida, después de un asalto con violencia en el que resultó con una herida de bala en la espalda.

¿Cómo empezaste en este oficio?

Por mi papá. Yo no hacía nada, así que mejor empecé a trabajar y ya sale un poco para mí y un poco para la escuela.

frase-bolero ¿Qué estudias?

Tercer año de secundaria. Como que no hay muchos recursos en Oaxaca, así que me decidí a venir para acá. Me asaltaron en la feria de allá y me dieron un balazo en el dorsal, o algo así; me atendieron en un hospital del gobierno, y se tardaron en atenderme porque no tengo seguro. Aunque en lo que cabe sí me atendieron un poco bien.

 ¿Y aquí tienes seguro?

Acá tampoco tengo seguro, voy a algunos de gobierno a que me atiendan. Ahí por donde paso, en Coyuya, me queda un IMSS.

¿Con quién vives?

Con mi papá, mis hermanos están en Oaxaca y mi mamá también. Mi papá les pasa manutención a mis hermanos y a mi mamá. Tengo dos hermanos, el mayor ya se independizó. Yo gano mi dinero.

¿Le alcanza a tu papá?

En ocasiones sí y en otras no.

¿Qué planes tienes?

Tengo que terminar la secundaria y luego la preparatoria, quiero estudiar Ingeniero en Computación.

¿Extrañas a tu familia?

Un poco nada más, no mucho. Me siento más seguro con mi papá que estando allá (Erick sonríe).

¿Cómo te ha ido en la ciudad?

Pues hay gente buena y algunos tienen su carácter malo. Por ejemplo, fui hoy a la ferretería a comprar gasolina blanca. No son ni cien mililitros de gasolina y me lo quieren dar a 15, mientras el litro está a 30. Yo le dije “oye, qué te pasa es un robo”. Y el señor me contestó, “si quieres regrésala”. Le expliqué en cuánto está el litro porque yo he comprado, lo uso del diario y él me contestó, “vete a la chingada”. Llegó otro señor y le dijo “¿así es la manera en que tratas al cliente…?” Por eso digo, que hay unas personas buenas y unas malas.

Yo creo que me ven chavo y piensan que no les voy a contestar porque soy un niño y él una persona adulta.

La charla con Erick termina, nos despedimos y sigue sonriente, estudia y trabaja, a pesar de los inconvenientes, a pesar de las pocas oportunidades, a pesar de esos adultos que exigen respeto sin haber aprendido a otorgarlo.
Fotografía por: Hazel Alfaro