Una propuesta ingenua: Reforma financiera

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Andrés Treviño

Entrevista con el Doctor Leonardo Lomelí

¿A qué se refiere la reforma financiera, cuál es la necesidad de hacerla y qué plantea la iniciativa del gobierno y los partidos del llamado Pacto por México?

En realidad son 13 iniciativas que afectan a 34 leyes. Hay quien ha dicho que más que una reforma, parece una miscelánea. No se está proponiendo una nueva ley en la materia, sino que se están modificando o haciendo adiciones a diversas disposiciones de la normatividad existente. Parte del supuesto de que hay un problema muy serio. No solo lo reconocen ellos, lo reconocen los organismos internacionales, lo reconocen los académicos, hay un problema muy serio de financiamiento al desarrollo en México.

entrevista-dr-lomeli-reforma-financiera-000Los bancos no prestan para lo que deberían de prestar más, que es para el desarrollo de las actividades productivas, entre otras cosas, porque tienen tasas de interés muy altas que hacen que la mayor parte de las personas que podrían estar interesadas en contratar créditos, los vean como demasiado caros.

La idea es abaratar el crédito, bajar las tasas de interés básicamente a través de dos mecanismos: por un lado, promover la competencia entre las instituciones financieras; pero sobre todo, y creo que este es el aspecto más polémico, dándoles mayores garantías de cobro, o sea, abaratando el riesgo que toda institución de crédito contrae, por la vía de darles mayores garantías de cobro con cargo a los usuarios de los servicios financieros.

Se le está tratando de dar la vuelta a la reactivación de la banca de desarrollo. Es un tema que se toca, pero se quedan muy cortos, porque no quieren permitir que haya una competencia entre la banca de desarrollo y la banca privada. Más bien, quieren que la banca de desarrollo sirva para canalizar créditos a través de la banca privada. Y creo que eso ya ha demostrado que no funciona, es la experiencia de los últimos 25 años.

¿Por qué los bancos prefieren prestar al consumo?

Porque pueden cobrar tasas de interés más altas ya que los préstamos son de corto plazo. Recuperan en un periodo de tiempo más breve y pueden estar moviendo más dinero.

¿Y qué haría falta para prestar más a la esfera productiva? ¿Por qué no lo hacen?

Yo creo que sí es importante que tengan un marco legal que les dé más garantías para poder financiar cierto tipo de actividades, pero no necesariamente pasa por la penalización del que contrata el préstamo.

En general hay un problema de ineficiencia del sistema legal en México que afecta todas las actividades productivas, no solo a los bancos. Los juicios son muy largos y por lo mismo son inciertos. El sistema de justicia, al ser tan ineficiente, introduce un nivel de riesgo mayor que se ve reflejado en las tasas de interés.

Por otro lado, están acostumbrados a que no existe una buena regulación del gobierno para obligarlos a cobrar tasas de interés bajas. Lo que quieren es recuperar su inversión rápido, si lo pueden hacer por la vía de cobrar tasas altas y es más fácil hacerlo a los créditos al consumo que a los créditos para la inversión, se van por el camino más fácil.

¿De dónde están sacando las Pymes (pequeñas y medianas empresas) el financiamiento actualmente?

Desde que yo me acuerdo, la banca de desarrollo ha dicho que está para eso. En el pasado estuvo para los grandes proyectos productivos, pero ya desde los años 80 decía que se iba a dedicar a las Pymes. Lo ha hecho de manera muy parcial. La verdad es que la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas se financian con cargo a sus propios proveedores, es decir, se dan crédito entre sí.

¿Y no recurren a casas de empeño, también? ¿No se podría decir que las casas de empeño ocupan el vacío de la banca de desarrollo?

Las casas de empeño y las cajas de ahorro, que imponen intereses más altos y condiciones más inequitativas. La paradoja es que muchas de las micro y pequeñas empresas no acceden a los créditos de la banca comercial porque no son sujetos de crédito. No les prestan porque no las consideran viables. Es un círculo vicioso donde las empresas más pequeñas terminan cayendo en manos de este sistema financiero paralelo.

La propuesta de agilizar el procedimiento jurídico en la cobranza ¿qué consecuencias cree que pueda tener en los términos en que se está planteando ahora?

Yo creo que tiene la gran desventaja de que es, otra vez, cargarle a la gente el costo de modernizar un sistema económico que, de entrada, si tiene algún problema, es precisamente la concentración que hay, por un lado del ingreso, pero en el caso concreto de los bancos, la concentración del mercado.

Me parece que es más serio el problema de falta de competencia real entre los bancos que el de la necesidad de darles más garantías de cobro, porque al final, lo único que vamos a ver es que bajen muy poco las tasas, y en cambio la gente sí esté mucho más expuesta a una posible arbitrariedad de los bancos, a perder sus bienes.

Del lado de los ahorradores está actualmente la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), ¿qué tantas garantías le da esto a los ahorradores para prevenir abusos?

La Condusef queda fortalecida, pero más bien para hacer frente a casos menores, sobre todo debido a errores del banco, pero cuando ese no sea el caso, no va a poder tener mucha capacidad de acción.

Viendo las cosas en perspectiva, ¿cree realmente que en la crisis del 95 hubiera salido más barato rescatar a los ahorradores que rescatar a la banca, como se hizo?

Es muy probable que sí. De hecho, se ha discutido mucho en los últimos años. Incluso es la perspectiva que debió de haberse usado en otros países en la reciente crisis financiera, porque muchas veces los bancos meten créditos que de todas maneras eran incobrables. Hay quienes dicen (y puede que tengan razón), que pudo haber habido muchos fraudes, o sea, dieron créditos a una empresa que no tenía ninguna viabilidad, que estaba quebrada.

Es decir, rescatar a los ahorradores hubiera sido más realista, una cuenta más clara.

Exactamente, porque hubieran visto quiénes eran las personas de carne y hueso a las que se estaba rescatando y cuáles eran sus condiciones.

En esta cuestión de incentivar el crecimiento, ¿no está faltando, o no tendría que ir de la mano con la reforma financiera, la inversión pública?

Sí, yo creo que es el gran faltante. Creo que detrás de esta iniciativa hay una idea que no sé si llamar utópica o ingenua, que por lo mismo es insostenible. Como si fuera un sistema financiero que pudiera funcionar como en los libros de texto de economía, que recibe el ahorro de las personas y se lo presta a las actividades productivas, con un costo de intermediación relativamente bajo, y al hacerlo, le hacen un servicio a la sociedad y la economía funciona bien.

entrevista-dr-lomeli-reforma-financiera-003Dentro de un libro de texto, en un modelo de economía muy simple, parece muy sencillo, muy plausible. En la vida real los sistemas financieros se caracterizan por ser, en todos los países del mundo, uno de los sectores donde hay más concentración del mercado manejado por pocas empresas, que se pueden poner de acuerdo entre ellas para actuar en su propio beneficio y que van a buscar la mayor ganancia a costa de lo que sea. Si el Estado no interviene, pues lo van a hacer, muchas veces en perjuicio de la sociedad.

Si a eso le añadimos la experiencia histórica del país, en donde el sector privado nunca invirtió en actividades que eran fundamentales para el desarrollo, seguir pensando que por esta vía, con esta reforma, el sistema financiero ahora sí va a funcionar bien y va a resolver por sí mismo el problema de crecimiento, pues me parece muy ingenuo.

Si el Estado no lleva a cabo una mayor inversión pública en ciertos sectores, los bancos no lo van a hacer; si el Estado no se preocupa por encontrar mecanismos efectivos de financiamiento de las medianas, pequeñas y micro empresas, nadie más lo va a hacer, porque no es el segmento que les interesa.

No les interesa invertir en el campo, o solo lo hacen con cierto tipo de empresas, con cierto tipo de unidades productivas y para cierto tipo de cultivos; pero no para la gran mayoría de los productores del país.

Entonces, si el Estado no se mete a revisar en serio la banca de desarrollo, a invertir más recursos para la industria, y a canalizar recursos a sectores que no le interesan y que nunca le han interesado a la banca privada, no vamos a tener el resultado que se espera. Por sí solas, estas reformas no garantizan un mayor crecimiento.